En la actualidad, Paraguay vive un momento que refleja su evolución de los últimos 30 años: un país política y económicamente estable que, a pesar de algunas turbulencias, ha sabido conducirse democráticamente.

Mariano Vila, Director General de LLORENTE & CUENCA en Argentina, junto con Hugo Vigray, Gerente General de News Comunicación Corporativa, afiliada de la Firma en Paraguay, nos cuentan cómo la estabilidad política y económica que reina en Paraguay conducirá próximamente al país hacia el grado de inversión.

Paraguay ha sabido conducirse en democracia a lo largo de los años desde la caída de la dictadura de Alfredo Stroessner en 1989. Desde principios de 2000, se destaca por poseer una economía estable, con un crecimiento alrededor del 4,5 % anual.

Abdo Benítez asumió a mediados de agosto de 2018 con un discurso durísimo contra la corrupción, reclamado una democracia más madura y anunciando un fuerte combate a la impunidad, exigiendo una justicia “pronta y valiente”.

La estabilidad macroeconómica de Paraguay es la clave para la inversión extranjera. Esta estabilidad mantenida hace años por  Paraguay ha llevado a que las tres calificadoras de riesgo crediticio más importantes de Nueva York (Moody’s, Fitch, Standard & Poor’s) ubiquen al país en un lugar privilegiado y con condiciones estables.

Dichas agencias de rating calculan un promedio con la deuda gubernamental, la libertad de prensa y la distribución de la renta, de modo que los países del mundo se pueden dividir en dos grupos: aquellos que poseen grado especulativo y aquellos que poseen grado de inversión. Para algunos, esto último podría llegar a Paraguay entre el 2019 y el 2020.

Fitcht Rating advirtió que, para alcanzar el grado de inversión, es ponderable la intención del gobierno de aumentar la base tributaria, reducir la evasión fiscal, aumentar el gasto en educación, mejorar el gasto público y aumentar la eficiencia de las instituciones. Asimismo, remarcó que la intención de reformar el sistema judicial podría contribuir enormemente a la mejora de los indicadores.

Según los datos recabados por la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) de la Dirección General de Estadística, Encuestas y Censos (DGEEC), la pobreza extrema se redujo en el país de 5,73 % en el 2016 a 4,41 % en el 2017. La pobreza total se redujo de 28,86 % a 26,40 %. La pobreza extrema está, con estos números, en su mínimo histórico.

El Banco Mundial también destaca que hubo un rápido aumento de los ingresos del 40 % más pobre de la población, que aumentó a 4,5 % anual durante el período de 2003 a 2017. La clase media ha llegado a casi duplicarse desde 2003, alcanzando el 38 % de la población total y convirtiéndose así en el segundo grupo más grande, justo por debajo de la población vulnerable.

El Banco Mundial considera que el crecimiento en Paraguay sigue siendo fuerte. El PIB aumentó el 4,8 % en 2017, medio punto porcentual por encima de la estimación anterior. La tendencia continuó a principios de 2018 y, en el primer trimestre del año, la economía se expandió un 4,1 %, impulsada por el consumo privado y público (+5 % y +9,4 %, respectivamente).

Son muchos los factores que hacen de Paraguay el protagonista de la región. Su abundante energía, su régimen impositivo considerablemente bondadoso o su economía estable son algunos de los atributos que han contribuido directamente al aumento de la inversión extranjera.

Informe completo disponible.

Fuente: LLORENTE & CUENCA, Argentina

 

 

 

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